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Mostrando entradas de marzo, 2015

Cotidianidades... 94

23/marzo/2015 Cotidianidades Cada mañana debo enfrentar un problema que yo sé comparto con muchos,  y aun cuando es delicioso, no deja de significarnos dificultades de diversos tipos, aunque su consumo, por ahora, siga siendo legal. Me refiero a la adicción al pan, que en mi caso raya en los límites del vicio y no lo he podido vencer ni con mis más desaforados esfuerzos, que incluye invocaciones metafísicas, rosarios, sesiones de hipnosis y espiritismo, y varios ejercicios de programación neurolingüística. A pesar de lo anterior, apenas colocan una bandeja de pan con una jarra de humeante café delante de mí, comienzo a salivar como chucho con hambre y mi alma no encuentra sosiego hasta que sopeo un trocito de pan en café (preparado con estivia, por supuesto… para no engordar). Pero no vaya usted a pensar que me rindo fácilmente ante mis debilidades. No señor, de ninguna manera. Con un valor digno de los guerreros estoicos, hago la intentona de contenerme y hasta pongo cara d

Cotidianidades... 93

16/marzo/2015 Cotidianidades La mentira tiene su encanto, a veces resulta tan seductora que provoca escalofríos y perturba, y a pesar de que muchas veces prometemos serle fiel a la verdad, en algún momento, por la razón que sea, acabamos yéndonos a los brazos de su antagonista. Es como la chica o el chico malo de la escuela, de quienes las abuelitas nos pedían alejarnos y hasta comprendemos el daño que pueden provocar, pero no por ello dejan de resultar atractivos. La verdad, en cambio, suele ser comprendida dependiendo de la perspectiva que se le quiera mirar, no se presta a ambigüedades y si de pronto la vemos rodeada de un aura nebulosa, es porque así le conviene a nuestros miedos o porque nuestra capacidad para interpretar la realidad ha llegado a su límite. Recuerdo una escena de mi época universitaria. Una amiga que decía luchar contra el sobrepeso, se trepó a la báscula. Ésta, sin complejos, le confirmó que había subido cinco kilos en menos de un mes. Compungida, mi a

Cotidianidades... 92

09/mar/2015 Cotidianidades… El hábito no hace el monje, sin embargo como te ven te tratan y, al mismo tiempo, dicen que se vale ser cochi (cerdo-abusivo) pero no tan trompudo. Aunque pareciera que evoco al buen Sancho Panza en conmemoración de los primeros 410 años de Don Quijote, en realidad estoy haciendo referencia a la pareja Presidencial y su numerosa prole (dicha esta palabra en relación a su descendencia y no con tono despectivo, no vaya usted a pensar mal). Me había prometido no volver a hablar de ellos, y no por la censura del Estado (que ni me pela), sino porque tantos los critican con acierto, que de pronto se siente uno contando chistes viejos. Claro que el Presi, la Ladirae Charadriiformes (vulgarmente conocida como Gaviota) y sus graciosos hijos, se esmeran en poner el pechito a las bromas con tantas barrabasadas que perpetran, que incluso podríamos armar un ejemplar de Condorito lleno de “Plop’s”. Resulta que el señor Peña Nieto decidió ir de viaje a Inglaterr

Cotidianidades... 91

02/mar/2015 Cotidianidades… La escena resultó inolvidable. Una señora obesa iba manejando un Renault viejo, llevaba el brazo izquierdo por fuera de la ventanilla para sostener una lámina de asbesto sobre el techo de su auto, con la mano derecha sostenía un celular al que seguramente —lo deduzco por el gesto ceñudo— iba gritando improperios, y el volante lo conducía con la barbilla y el codo derecho. La situación se le complicó cuando pasó encima de una alcantarilla mal puesta, que le desbarajustó el eje corporal, le hizo perder el celular, soltar la lámina y subirse a la banqueta. Por supuesto que recibió una sarta de insultos por parte de algunos peatones. La señora se rehízo rápida y con actitud de “ni me importa lo que digan”, se reincorporó a la jungla vehicular en una situación similar a las antes descritas. Sé que la imagen les puede parecer fantástica, pero fue real. Si bien antes he expresado que las personas se transforman al colocarse detrás de un volante, quizá

Cotidianidades... 90

24/feb/2015 Cotidianidades… A mi hijo le regalaron tres simpáticos cochecitos. Los recibió como lo que eran, un gran tesoro, y jugó con ellos buena parte del día, hasta que llegó a mostrarme, con gesto apesadumbrado, que sólo le quedaba uno. Al ver su rostro tierno y sus pucheros rompe-enojos, se me ocurrió preguntarle con ingenua dulzura: —¿Dónde están los otros dos? A lo que él respondió con tono de General amargado: —¡No sé dónde los dejaste! ¡Tú búscalos! Por un instante no supe si reírme, preguntar las coordenadas del último lugar donde vio los méndigos juguetes o de plano ponerme a buscar sin mayor dilación, porque el chamaquito ya estaba arqueando una ceja y temí que comenzara a quitarse el cinturón para enseñarme mi suerte por ser tan descuidado. Más allá de que se trata de una escena simpática vivida con un niño de maternal, me hizo pensar en una tendencia común que compartimos muchas personas: evadir nuestras responsabilidades y las consecuencias de nuestros act

Cotidianidades... 89

16/feb/2015 Cotidianidades… ¿Hasta dónde se debe empujar una ilusión? ¿Cuánto tiempo debes luchar por llevar a cabo un sueño? La pregunta surgió con unos amigos hace ya casi un lustro. Ellos habían instalado una librería de viejo, donde además se vendían CD´s difíciles de conseguir y tés deliciosos que rayaban en el exotismo. Era un lugar tan acogedor, que lo mismo invitaba a leer, soñar o a despertar el espíritu creativo. Sin embargo, y a pesar de los grandes esfuerzos de los dueños, llegó el momento en que las cuentas no cuadraban y no les quedó de otra que rematar la mercancía, vaciar el local y despedirse de un negocio que había nacido de un sueño y que intentaron mantener con entusiasmo kamikaze. Esa ocasión, entre vinos y un ambiente luctuoso, colocamos a los sueños en una balanza que intentaba ser justa, y los comparamos contra el trabajo que implicaba alcanzarlos y las posibilidades verdaderas de poder sostenerlos durante varios años. Es decir, hablábamos de sueños de