Cotidianidades... 109
12/07/2015
Mientras intentaba elucubrar una nueva historia
para niños, a un amigo y colega se le ocurrió sugerirme que pusiera mucha
atención a mi hijo, ya que además de ser fuente de inspiración, entre sus
juegos y comentarios podría encontrar una anécdota que me valiera el nobel.
Pobre niño, le hice tal
marcación personal, que por poco lo vuelvo paranoico, y consideré que fue
efecto de mi acoso el que llegara a contarme que “un pajarito subió a un árbol,
se convirtió en Hulk azul y luego saltó a un avión para llegar a un hormiguero
que se llenó de agua”.
Le mandé un mensaje a mi
amigo y colega advirtiéndole que si volvía a acercarse a mi casa, lo sentaba en
un hormiguero. Le pedí disculpas al querubín por haberlo desquiciado y, dispuesto
a descargar el peso de mi conciencia, en la oscuridad de la noche trepé al auto
para ir a comprarle su helado favorito.
Parecía que iba yo bailando
reguetón, pero por la cantidad de baches que debí pasar y que ya dañaron los
amortiguadores del auto, y justo cuando decidí poner las luces altas porque la
calle estaba muy oscura, un locutor de la radio decía que gracias a nuestros
actuales gobernantes, ahora las calles de Tuxtla Gutiérrez están iluminadas y
casi tan tersas como pompas de bebé.
Metí los frenos y busqué algún
indicador de que no había sido trasladado a una dimensión desconocida, donde el
Tuxtla que yo recorría era uno muy distinto al de los sueños guajiros de dichos
gobernantes y de sus locutores comprados.
En mi opinión, la ciudad
comenzó a venirse abajo desde que fue presidente municipal Juan Sabines
Gutiérrez, aquel que luego sería gobernador y que desfalcó a Chiapas más allá
de la imaginación e incluso saltándose las trancas del tiempo, pues ahora
nuestra deuda, con suerte, será pagada en treinta años.
En eso entró la llamada de
mi amigo, para argumentar que la historia de mi hijo en su sencillez tenía
cierto encanto, y también para comentarme que gracias a la magia de la
política, el cónsul de México en Orlando sería ese chiapaneco que acabo de
mencionar. Claro, a estas alturas es chisme viejo, pero no termino de
comprender cómo es posible que justo ese ex gobernante que destrozó a esta
tierra y pretendió hundirla en el infortunio, sea premiado con un puesto que no
le corresponde por capacidad y mucho menos por haber realizado alguna carrera
diplomática. Es humillante que un hombre como él no solo siga libre, sino que
sea representante de nuestro país en el extranjero.
Fue un feliz premio a quién
sabe qué servicios, porque si bien podemos señalar varios de éstos desde el
sentido común, no es menos cierto que los más incómodos e ignominiosos, quizá no los conoceremos nunca.
Una burla similar se siente
al saber que personajes como Carmen Salinas, quien a pesar de proclamar
públicamente su ignorancia respecto a los asuntos legislativos, es designada
diputada federal, y es evidente que no levantará la voz por los intereses del
pueblo porque, suponiendo que entienda las discusiones que ahí se desarrollen,
de ninguna manera morderá la mano que la alimenta.
El problema es que éstos no
son asuntos aislados. Por donde quiera que miremos habremos de encontrar, por
ejemplo, a partidos políticos que violan las leyes que ellos mismos negociaron
(¿O se dice legislaron?); a candidatos que apenas asistían a clases y que poco
comprenden de las problemáticas sociales, pero que aseguran tener el elixir
maravilloso para sacar a nuestras poblaciones del barranco; medios de
comunicación nacionales que nunca informaron cómo las sedes de los partidos
políticos fueron incendiadas el mismo día y casi a la misma hora en la capital
de Chiapas; cárceles de máxima seguridad debajo de las cuáles se construyen
túneles que nadie es capaz de descubrir; primeras damas que se visten como
reinas y despilfarran con mal gusto el presupuesto de un país que tiene 53.3
millones de habitantes en la pobreza.
Algunos han dicho que el
realismo mágico de Gabriel García Márquez, era más bien un reflejo bien logrado
de la cosmovisión latinoamericana. Yo creo que en nuestro país hemos dejado
atrás esa forma de narración para entrar al “cinismo maravilloso”, donde no
importa el crimen que cometas, si perteneces al círculo del poder (místico e
inasible), todo te será perdonado y capaz hasta te glorifiquen.
La historia contada por mi
hijo no tenía ninguna pretensión narrativa, sólo eran los esbozos de una
imaginación en crecimiento. Las falacias e incoherencias declaradas por
nuestros actuales seudo líderes, en cambio, tienen el propósito de pasar por
verídicas, bajo la confianza de que tienen más o menos dominado el presente, y
de que en el futuro se habrá de leer la historia escrita por ellos mismos. Ya
veremos si es cierto. Hasta la próxima.
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