Cotidianidades... 151
Cotidianidades… Debí ir al supermercado apenas este lunes y después de elegir unos pocos productos me dirigí a la zona de cajas. Ahí vi a unas tres o cuatro personas alrededor de un niño tirado, que además de gritar y llorar, se golpeaba la cabeza contra el suelo. La mamá no sabía si levantar al escuincle, pedir disculpas por el ruido que provocaba o ceder a los deseos de su querubín, con tal de que éste dejara de azotar su cerebrito y no fuera a terminar con cara de Secretario de Educación. Yo imaginé cómo habría corregido a ese niño de ser mi hijo. Con seguridad habría seleccionado un método poco socrático, es decir, lo levantaría del bracito para darle dos sonoras nalgadas, bajo la conciencia de que las células en las pompas se regeneran, mientras que el daño a las neuronas puede resultar irreversible. Intenté pasar de largo con gesto de señora fresa que pretende no reconocer a las amigas pobres de la primaria, pero justo en ese momento ocurrieron dos situaciones casi simultá...