Cotidianidades... 79
18/nov/2014 Cotidianidades… Por razones profesionales debí estar fuera de casa algo así como una semana. Desde días antes le avisé a mi hijo sobre la inevitable y temporal separación, lo cual el querubín pareció comprender bien y hasta tomar con cierto gusto. Esto se puede comprender con facilidad, en tanto tengo fama de ser el regañón de la familia, además de mantener la infeliz costumbre de incluir frutas y verduras en el menú diario. Es decir, soy el malo de la película. La cosa parecía ir en calma y conforme a lo planeado hasta el momento de la despedida, cuando el ambiente comenzó a tomar cariz de drama, mismo que Televisa no habría trasmitido por temor a que sus televidentes se suicidaran de la depresión. El pequeñín corría feliz por la casa, como persiguiendo a un perrito imaginario, mientras yo sentía que la mitad de mi ser se desmoronaba, que la vida comenzaría a apagarse apenas cruzara el umbral de la puerta, y no encontraba las palabras adecuadas para contarle lo im...