Cotidianidades... 203
Hace seis años nació el querubín. Recuerdo los nervios que viví la noche anterior a ese parto programado, así como la sonrisa que porté desde la madrugada cuando despertamos, y que era mi modo de transmitirle serenidad a la dueña de mis quincenas. Recuerdo también el momento en que me mi hijo salió al mundo. Él traía dos vueltas de cordón alrededor del cuello, lo cual no fue impedimento para que gritara con desparpajo que ya estaba listo para la vida. Sin embargo, la tensión no terminaba. Vi cuando se lo entregaron al pediatra y allá voy, corriendo detrás de él para no perderme detalle de los primeros minutos de vida del chamaquito y, de paso, para contar si traía los deditos completos, la nariz en su lugar y que no me lo fueran a cambiar por algún otro que tuvieran escondido debajo de cualquier mesa. Entonces me lo pusieron en los brazos y con cara de perrito perdido en el periférico salí del quirófano. A lo lejos me saludaron mis padres y Alejandro, un sobrino que ya estaba l...